Con las medidas de prevención contra el coronavirus, como el uso de mascarillas, el distanciamiento social y las restricciones en el aforo de su restaurante, los empleados podrían sufrir amenazas o agresiones al intentar hacerlas cumplir.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han publicado directrices sobre cómo gestionar situaciones de violencia en el lugar de trabajo que puedan surgir debido a las restricciones por la COVID-19. Puede implementar estas estrategias en su restaurante para proteger a sus empleados y clientes, y crear un espacio más seguro para todos.
Ofrezca a sus clientes opciones que minimicen el contacto
Limite el contacto presencial ofreciendo servicios como la recogida en el local y el reparto a domicilio. Cuanto menor sea el contacto presencial, menor será la probabilidad de que se produzca una situación de violencia.
Anuncie las medidas de distanciamiento social
Ya sea mediante carteles o anuncios en su sitio web, informe a sus clientes sobre las medidas contra la COVID-19 que ha implementado, para que estén al tanto y sepan qué esperar.
Cree un plan para responder a la violencia en el lugar de trabajo
Capacite a sus empleados sobre cómo responder a amenazas o violencia y tenga un plan establecido para evaluar y responder a la violencia y las amenazas. Aprenda a reconocer las señales verbales y no verbales que alertan sobre una posible situación violenta, incluyendo:
Hablar en voz alta
Decir palabrotas
Apretar los puños
Respirar con dificultad
Mirar fijamente
Caminar de un lado a otro
Además, capacite a los empleados sobre cómo responder ante situaciones violentas. Establezca un plan a seguir cuando se presente una situación violenta o amenazante. Algunas medidas que puede implementar en su plan incluyen:
No discutir con el cliente.
Evitar gestos amenazantes, como señalar con el dedo.
Estar atento y apoyar a los compañeros que estén viviendo una situación violenta.
No obligar a los clientes molestos o violentos a seguir las normas de prevención contra el coronavirus.
Dirigirse a una zona segura (preferiblemente con puerta y salidas cerradas con llave), si fuera necesario.
Informar de las amenazas o actos de violencia a un supervisor o gerente.